La pregunta obligatoria antes de comenzar un análisis post colonialista
en un territorio que sigue siendo colonia es: ¿se puede pasar por el crisol
post colonialista a autores que siguen viviendo sigue bajo condiciones
coloniales? Esto, sin caer en delirios libertarios, que podrían ser, más
productos del imaginario del crítico que del texto en análisis. La finalidad es
probar con citas y ejemplos concretos la posibilidad de esta vertiente de
análisis post modernista en nuestros escritores nativos. Se pretende probar que
los autores puertorriqueños aunque aun viviendo bajo la condición de colonia de
los Estados Unidos de Norteamérica, pueden ser vistos como post coloniales. Ya
que esta condición no quita el que hayamos sido colonia de España durante 400
años y nuestros escritores tengan rasgos similares a los del resto de los
países colonizados por Europa en América. Con este argumento no pretendo
enajenar nuestra condición actual ni las multiplicidad de influencias en el
plano religioso, social y político que adoptamos como consecuencia directa o
indirecta del hecho de que hayamos sido cedidos a los Estados Unidos de
Norteamérica como botín guerra bajo el tratado de París, sino que deseo sacar a
relucir la similitud de características culturales que compartimos con el resto
de los territorios que han pasado por un proceso de coloniaje. Basta observar
que nuestras expresiones africanistas y notaremos que las mismas no están tan
distantes como en algunas ocasiones parece quisiéramos de las manifestaciones
en Cuba, República Dominicana, Haití y muchos otros países de Centro América,
que para empezar, también comparten, muchos de ellos, el rasgo cultural
heredado en nuestro caso de los españoles: la lengua hispana. ¿Es acaso el palo
mayombe, una manifestación religiosa totalmente aislada de nuestra santería, la
religión Yoruba que muchos profesan de manera consiente e inconsciente. Acaso
los rasgos que encontró Fanon en sus
estudios de la negritud en las Antillas, ¿están totalmente enajenado de
nuestros negros de Loíza y otras zonas marginadas? ¿Se puede separar de manera
categórica el grito de Yara en Cuba, del grito de Lares? En consecuencias tal
vez, en intencionalidad sería un ejercicio mezquino en primer plano y difícil
de comprobar en segunda categoría. Y es que el carácter post colonial se ve
reflejado tanto en textos de la post invasión norteamericana, como en algunos
autores recientes: como Luis López Nieves y en alguna medida José Luis
González, entre otros tantos que agotarían el cartucho de tinta de la impresora,
si se esbozan en este ensayo sus nombres.
Antes de seleccionar un autor como punto de referencia y por
consecuencia un texto del mismo, con el cual sustentar mi percepción sobre la
posibilidad de un análisis post colonialista en Puerto Rico, cabe mencionar que
tuve varios “peros” de amigos cercanos, de los profesores y de todo aquel que
no puede ver más allá de una realidad momentánea. Valdría la pena preguntar de
dónde salió la hispanofilia en Puerto Rico, ese amor por ser y añorar lo que
tuvieron y fueron nuestros colonizadores españoles en multiplicidad de eventos
en nuestra vida cotidiana, manifestaciones religiosas entre otros tantos
quehaceres y espacios rutinarios que no han sido ocupado por el “anglosismo”. Acaso
estos no son un rasgo de imitación del colonizador, y quiero aclarar, que cuando me refiera al colonizador de ahora en
adelante será únicamente a la influencia a de los españoles. Obviaré el
carácter de la presencia norteamericana en nuestra Isla, para efectos de
simplificar y dramatizar en alguna media mi tesis, formarán un papel secundario,
quizás terciario o aun menor hasta descartarlos por completo del análisis. Cederemos
ese espacio a otro intelectual que desee entrar en una discusión profunda en torno
a esta vertiente. Así que el referente norteamericano queda descartado en el
devenir de mis próximas letras, que giraran en torno al discurso post
colonialistas de Antonio S. Predeida reflejado en su ensayo: “Intermezzo de una
nave al garate” y con el cual sustentaré mi propuesta con los teóricos Bhabha y
Fanon desde sus respectivas perspectivas.
Los marcos teóricos de ambos autores
son de gran utilidad para entender como nuestros escritores, en este caso en
particular; Pedreira, sufren del síndrome “post colonial” sin percatarse, de
forma natural y a tono con el resto de los autores hispanos. Algunos de los
paradigmas que se presentan en ambos teóricos y que nos servirán como marco al
momento de analizar la lectura “Intermezzo de una nave al garete” son en primer lugar el concepto de la
ambivalencia que nos presenta Bhabha en la mayoría de los quehaceres y
decisiones que toma el colonizado en el diario vivir, en la manera que se
expresa y actúa antes diversas situaciones cotidianas y de gran envergadura. Las
preguntas ¿soy? o ¿no soy? Serán una sombra tatuada en la piel
del colonizado, la indecisión y la incertidumbre permearán su carácter y disposiciones
venideras. En segundo lugar tenemos la
postura de Fanon quien nos presenta al colonizado como un ser que aspira ser y
tener todo lo que representa el colonizador. Fanon, en sus estudios realizados
a los negros de las Antillas, encontró que estos deseaban ser como los
colonizadores, tener sus bienes y hasta su color de piel. Esto da pie al
blanqueamiento de sangre y a las extrañas fantasías de cambiar de color que se
ven en los colonizados de las Antillas y que Fanon describe en algunos de sus
textos. Estos serán nuestros dos referentes principales (teóricos) o elementos argumentativos por los cuales
pasaremos a nuestro autor nativo Antonio S Pedreira en el texto de Insularismo,
especificamente el capito III: “Intermezzo de una nave algarete”. Cabe resaltar
que ambos teóricos posee una enorme malgama de argumentos sólidos respecto al
post colonialismo y que los presentados en esta ocasión pueden parecer simplistas
en el sentido del cosmos existente de argumentos y posiciones en torno a como
debe comportarse un colonizado, pero en
alguna medida son concisos y precisos en nuestras intenciones furtivas y para
efectos de este texto, resultan de gran utilidad.
Siendo Insularismo, en primera instancia, la obra capital de nuestro
escritor puertorriqueño: Antonio S. Pedreira y en segundo lugar un texto leído
y releído por muchos, elemento que puede añadir
un grado mayor de responsabilidad al indagar en el mismo. Es sabido por
décadas la cantidad de elogios que muchos
le han dado, y uno que otro valiente lo ha puesto en entredicho, pero la
realidad es que Antonio S. Pedreira pertenece a ese canon de escritores puertorriqueños
que en alguna medida se han vuelto casi intocables, y debo reconocer que
trabajar un texto como: “Intermezo de una nave al garete”, podría representar
un riesgo académico y un reto intelectual. Debido a todo lo que se ha escrito
previo, referente a este autor. Pero aquí nada está escrito en piedra y aunque este fuera el caso, la piedra
siempre cede a la gota que cae y va trazando su canal y crea a corto o largo
plazo una fisura. Dicho esto pasamos al asunto que nos compete: Los rasgos post
colonialistas en “Intermezzo de una nave algarate”
El primer rasgo del colonizado que notamos es la añoranza del pasado y
la incertidumbre ante el futuro, este aspecto es evidentemente, desde mi
perspectiva analítica cuando dice:
“En 1898 nos encontró instalado a nuestro pueblo en
una carta autonómica, que apenas llegamos a implantar. En los momentos en que
íbamos a iniciarnos en nueva ida política la guerra Hispanoamérica malogro el
intento y nuestro natural desarrollo sufrió una sincope.”
Estas
primeras líneas reflejan lo que Bhabha definió como la ambivalencia del
colonizado, la añoranza de una carta autonómica que bajos ningún concepto
representaba uno poderes plenos sobre el territorio en que se vive, pero sí un
adelanto en términos políticos. Pedreira se refugia en el último momento del
periodo colonial para esbozar apego o empatía a este régimen español. La independencia que debería ser el fin
natural en un colonizado, se ve matizado por tener una relación más liberal con
España, algo parecido a los que lideran el llamado “Estados Libre Asociado”. En este momento podemos presentar la
ambivalencia de la cual nos habla Bhabha en algunos de sus textos queremos ser
independientes pero bajo el tutelaje del colonizador. Es decir mantener siempre
ese hilo conductor que nos conecta con el opresor, con esa fuerza dominante que
está ahí para decirnos cómo, cuándo y qué hacer.
La
ambivalencia de la que Bhabha nos habla en sus textos, la falta de definición
del colonizado la vemos con claridad mas adelante cuando nos dice:
“Entre dos estilos de vida nuestra personalidad se
encuentra transeúnte, en acción perdularia, soltando y recogiendo, en un ir y
venir buscando rumbo, como paloma en vuelo y sin reposo”
Pedreira ciertamente pone en contraposición su estado actual con el
vivido durante el coloniaje español. Sus referentes culturales, políticos y educativos
provienen del colonizador, por tal razón, se remite a este de forma natural.
Bajo estos estándares establece el marco de comparación y contraposición entre
el ahora y el antes. Prueba de esto ocurre cuando reconoce:
“Nadie podría negar que la nueva civilización transformo
halagadoramente nuestra existencia y que
podemos actuar con mayor libertad y mayores garantías que en otras épocas. El
cambio ha sido sorprendente y proverbial
el progreso” Tenemos mas escuela, mas instituciones publicas, mas sanidad, mas
profesionales, más carreteras que antes.”
Más adelante Pedreira reconoce a España como nuestra
madre, nuestra “progenitora” dentro del contexto del lenguaje:
“El
empobrecimiento de nuestra lengua materna degenera en gangoza tartamudez”
En otro claro gesto de
ambivalencia unas líneas mas adelante nos dice:
“No hay que tener en cuenta la simpleza patriotera que
de espaldas a la realidad de los hechos consumados en el 98’ ataca
apasionadamente la enseñanza del inglés, como si esa enseñanza no fuera una
tabla de salvación para nuestro pueblo”
Pedreira
pulula entre dos mundos sin definirse de forma absoluta por uno de ellos.
También vemos la añoranza de querer ser como el colonizador de acrecentarnos
para llegar a ser como ellos y que en algunas medidas, nosotros ocupemos su
lugar o ellos se reviertan al nuestro. En esto
es propio mencionar a Fanon y sus estudios de los negros de las Antillas
cuando este alude a los delirios de los colonizados que desean asimilarse a los
blancos colonizadores, en el caso de Pedreira lo observamos en varias ocasiones
de forma inversa, cuando intenta puertorriqueñizar autores españoles, para ejemplificar este
punto valdría la pena citar al menos uno de los tantos ejemplos que se nos presentan a lo largo de la
lectura:
“Si Ortega y Gasset fuera puertorriqueño, hubiese
escrito su libro sobre la rebelión de las masas, veinticinco años atrás.”
El
puertorriqueñizar a Ortega y Gasset es más que un gesto asimilista, de querer
ocupar como diría Fanon el lugar del colonizador o que este se revierta al
nuestro. Las fantasías y alusiones a entes intelectuales en el texto de
Insularismo en su mayoría provienen de España. De hecho presenta a España como
el ente culto y al otro como simplemente uno civilizado. En alguna medida el
imita la forma y el estilo de redacción de los autores españoles. Desea ser y
ocupar el lugar de ellos, esto, desde la perspectiva de Fanon.
Las comparaciones
entre el Antes y el qué somos ahora, permean durante todo el texto y la
incertidumbre o ambivalencia parece ser el motor conductor de un discurso
post-colonialista que mira el pasado con deseo y el futuro con cierto
pesimismo. La falta de identidad y definición suelen caracterizar ciertos
autores contemporáneos de Pedreira y la sensación de no tener un norte, de
andar perdidos sin rumbo, es evidente en este ensayo. Vale la pena citar en última
instancia uno de los párrafos finales:
Aunque hoy navegue a la deriva, nuestra personalidad
no ha naufragado, como creen algunos pesimistas.
El sentido de perdición o incertidumbre se hace presente en estas
declaraciones la degeneración que le atribuye Bhabha al colonizado esta
presente durante todo el texto en la medida en que Pedreira indica lo mucho que
hemos perdido como seres humanos en el carácter como sociedad post colonial
española, que ha pesar de nuestro adelantos tecnológicos y civiles, nos hemos
atrasado en el aspecto moral y cultural. Por este y los rasgos precedentes
podemos analizar el texto: “Intermezzo de una nave al garete” como uno que
presenta fuertes rasgos post colonialistas desde el enfoque en el cual nos
vemos como post colonia de España y nuestros rasgos responden de forma similar
a los del resto de las colonias de América.
Autor: Jose I. Negron Cruz
Citas tomadas
del texto de Mercedes Lopez Baralt: Literatura puertorriqueña del XX antología
/ Primera edición 2004 / Universidad de Puerto Rico / ISBN-0847-0156-5
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