martes, 10 de diciembre de 2013

Texto autobiográfico de Jose Israel Negron Cruz

No sé para que madrugo un domingo, si nunca voy a la Iglesia, quizás doce años en Colegios católicos me saturaron de misas. Ahora pensándolo bien, soy el único de mis hermanos que se chupó esa longa (proviene del latín: longus, largo). Quizás por eso sea el único de los tres que no va a la Iglesia. Tengo un exceso de días acumulados en el Vaticano y los estoy agotando. Pero algún día tendré que volver, de cualquier manera los sacerdotes siempre me han caído bien y Jesús siempre me ha parecido buena gente. Y al final de cuentas el tiempo agota la rebeldía, la insurgencia y la insubordinación y nos vuelve dóciles, sarcásticos o indiferentes. Sacando históricos ejemplos (como a Oscar). Todo el que me conoce sabe que reparto mucho dinero a los usuarios de drogas, a las organizaciones sociales que siempre me piden un pesito en Burguer Kin, en La Iglesia del Pollo, en los Hacedores de Tacos y en el resto de los restaurantes de comida rápida, foráneos, que se han puertorriqueñizado he introducido en la cultura del pedigüeño.  Después de venderte el combo, te piden un pesito pa’ que cooperes con esto o aquello. Sería bueno preguntarle a mi familia materna, que vive en Estados Unidos si allá hacen lo mismo. Porque no recuerdo con claridad que me pidieran dinero en los “fass fud” de Nueva York o Carolina Norte la vez que anduve por esos lares, con Julito y su prole.
Volviendo a lo medular, me levanto a las 7:00am para ensimismarme detrás de la corcha, como leen y esperar que las nenas se levanten y enciendan algún televisor que dé señales de vida en la casa o empiecen con sus risas y  correteos.  Luego aparece Mildred desgreñá (una composición del prefijo des y del sustantivo greña que forma el significado: despeinada). ¡Así no me vendieron originalmente el significante! (chiste interno para maestros de Español, estudiantes de lingüística, literatura y todo nerd  que no tenga nada más importante que hacer con su vida y entienda la connotación lúdica). Se cepillará y antes de bañarse hará un desglose de los gastos que competen al día: “hay que comprar los materiales de Sofía para la escuela y tienes que llevarla mañana” – Lo sé coño. Ve y compra huevos para el desayuno, pan y jugo”. Échale 40 pesos de gasolina al carro y no te tardes que todas nos levantamos con hambre. Después pregunta ¿dónde están las pantallas de Sofía? Tienes que comprárselas porque esas se las mandó la mamá y son de “esteinles estil” .–Primero me la enviaban con prendas de oro, se le perdían, luego de plata, se le perdían. Y ahora de “estainles estil”. ¿Qué carajos es el “estienles estil”? No es con eso que hacen las ollas. La nena de la esquina vendía cuchillos y eran de ese material. ¿Cuánto valen unas pantallas de estainles estil? Entonces Mildred vuelve con la “jodeera” (proviene del verbo joder y me acojo a la segunda definición de la vigésima primera edición de la RAE: que equivale a molestar.)  ¿Y qué pasó? me pregunta. -Bueno, estaba dando clases en la Unviersidad, ayer y pues se le cayeron, ¡que se yo! Es muy temprano pa’ estar jodiendo con esa pendejá de pantallas de estainles estil. Fin del tema. 
Bajo las escaleras y miro la grama alta y siempre pienso que tendré el tiempo para recortarla y así ahorrarme algo de dinero con el jardinero. Pues mi padre era jardinero, esto presupone que al menos debo saber manejar un “trimmer”. Aunque en teoría tengo seis días de trabajo fijos a la semana y el domingo pues… ya ven. Se lo dedico a escribir o sacar el día para pasear con las nenas. Miro el reguero que me dejaron los perros anoche porque tienen la costumbre de que aunque uno los “jarte” de comida, Los “hijue tuta” siempre me rompen la condená bolsa de basura y la riegan por la escalera y la terraza. Tengo muchos perros  y la “chingá” (expresión de Mildred, supongo que así  le dicen a las perras en Cidra) de Pulga-Nieve está preñada por tercera ocasión en el año, como una fabrica incontenible de perritos. Parece que las perras oriundas de Cidra son más fértiles que las demás, quizás como aquello es campo, me imagino que se pueden reproducir a su gusto. Acá en la ciudad, no. Todo últimamente debe ser civilizado, necesariamente no culto (como diría Pedreira en Insularismo), pero sí civilizado. Es decir que los perros no deben ladrar y si lo hacen que sea bajito. Que el pasto en teoría no debe crecer mucho porque afea. Los carros deben estar siempre limpios y si sacas a pasear a los caninos y cagan en la tierra, pues debes recogerlo con una bolsita de “maricona” plástica (bolso de mano para hombres). Porque algún genio de la capital cambió el sustantivo excremento que en que Corozal mi abuelo le decían abono y cuando era domingo le llamaba composta, acá es un contaminante o basura, un estorbo por el cual te pueden multar. ¡Hay que ser bien “mamabicho” para pasar unas leyes así! Por mi madre que el autor vivía en Condado que es donde único tiene espacios habilitados para las bolsitas de mierda de perro y los zafacones públicos compactan la basura con energía solar.
Por algunas de esas vueltas extrañas que da la vida, terminé viviendo en la misma casa que mi abuelo le compró a mi difunto padre o algo así me contaron, porque mi familia paterna no es de hablar mucho. Cuando llegamos a Landrau, la casa de enfrente era un punto de drogas, la del al lado era la titi Ana, que hoy la recuerdo en sus últimos años y veo a Aya. También tenía como vecinos al final de la calle a los de Villa Crack: comunidad de usuarios de drogas en Monancillos que ubicaba al final de la calle Duina después del chutin de los tecatos. Eso era Landrau, la finca del penúltimo alcalde de Rio Piedras cuya fortuna se desperdicio después de su muerte y todavía hay una que otra propiedad perdiéndose en el litigio de los herederos. Recuerdo que podía pasar horas mirando a mi padre sin que ninguno de los dos nos dijéramos nada importante, luego empezaría su peleíta cotidiana con mi abuela y así se le fueron los últimos años: entre el hospital y las peleas con “Aya”.  Que después de la muerte de mi papá fue perdiendo el impulso y se ha venido deteriorando mentalmente, entre la melancolía que le causa la ausencia de mi papá, la senilidad y el ocio de no tener ya nada más importante que hacer, que comer, ver televisión, dar algún paseo rutinario con su hija y mirar a Sofía crecer. Debes en cuando me manda hacer una que otra tarea y siempre me dice que pensaba que yo había muerto (no es la única que siempre me está matando, pero pues aquí sigo). No sé si me lo dice en serio o en broma porque ella también solía tener un humor pesado, parecido al mío, pero ha llegado a un punto que ya no sé cuando me habla en serio o en broma como parte de su condición de salud mental. Es extraño y como me dijo uno de los Landrau (Rafael): “ya no es la misma”. Siempre que llego de trabajar, me asomo a la ventana a ver si está o ya se la llevaron al asilo del cual todavía no sé el nombre. Me enteraré por una tercera o cuarta persona el día que llegue y no la encuentre o tendré que preguntarle a mami o cualquiera porque todos saben más que yo, acerca de lo que le depara a la persona que me educó, formó y crió. Quizás porque estoy siempre trabajando y todo ocurre en la mañana, quizás porque yo no sea lo suficientemente comunicativo o al final del día no me interesa prácticamente hablar con nadie, acerca de ningún tema personal y simplemente actúo de forma reaccionaría después que las cosas pasan. Debe ser porque estudié literatura y no medicina. Los muchachos de Ciencias Naturales siempre suelen ser calculadores y formulan hipótesis de manera natural en su vida cotidiana aplican el método científico. Los de literatura somos reflexivos y solemos actuar después que ocurren los sucesos, como entes reaccionarios, así es la naturaleza y las fortalezas y debilidades de cada individuo….
Pero bueno, ya basta de quejas, y de temas que a nadie le importan mucho, una de las chicas me preguntó quien fue Nelson Mandela, Mildred me preguntó porque algunos negros querían ser blancos. Cuando fui al caserío a comprar los huevos me preguntaron si el término “razafobía” estaba correcto. En fin soy un “todólogo” como diría mi hermano Juan que creo que ya es TS o será TS (trabajador social). Porque no sé como le fue en la práctica y no ha vuelto hace algunos meses a realizar tareas en casa de Aya. En fin, creo que es una de esas pocas personas que puede sostener una conversación conmigo por más de media hora. Pero al igual que yo, tampoco suele ser comunicativo, bueno es que los muchachos de CISO (Ciencias Sociales) suelen tener una personalidad particular la cual no voy a definir por falta de tiempo….
Lo que sí definiré es que primero: Mandela fue… segundo: algunos negros quieren ser blanco porque según los estudios realizados por el teórico Fanon… y tercero: “el término convencional es xenofobia, pero al final importa un carajo, porque los muchachos del caserío entienden más lo de “razafobía” que la pendejá de xenofobia. Y creo que me haces la pregunta por joder Cuba (en el Res. Vista Hermosa) porque dada la pertinencia y el contexto de esta conversación, puedes llamarle como te dé la gana. Porque los diccionarios se hicieron pa’ joder. Y yo presuponía que usted sabía más que yo, porque era cubano”…


Me voy a bañar que la doña y la nena quieren ir al cine. 
¡Bonita tarde a todos!

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