Los religiosos en el País tienen agarrados por el rabo a
algunos de los representantes de la cámara en el Partido Popular Democrático. A
fuerza de billetazo han logrado detener lo que era un compromiso programático
el Partido: aprobar las leyes antidiscrimen en el País. Alguno representante
han cedido al fuerte cabildeo de los religiosos. Es un secreto a voces que el poder
económico de muchas de estos grupos se ha hecho sentir en la Cámara de
Representantes. Es increíble que el diezmo que con mucho sacrificio dan los
feligreses se esté utilizando para entrometerse en los asuntos del Estado.
Estos religiosos, parecen no respetar la división Iglesia-Estado que existe en
nuestra sociedad y su vicio de poder va más allá de lo que les compete. De mi
parte no vuelven a recibir un vellón de ofrenda.
Héctor Medina (San Juan)
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